lunes, 17 de octubre de 2011

El primer paso de un largo camino (o no tan largo...)

Una especie de vértigo sufre el fumador cuando la idea "dejar de fumar para siempre" asoma por la cabeza. El problema no es la palabra "dejar", el problema es la palabra "siempre". Si, ya no se trata de hacerlo unas horas, ni siquiera unos dias...es para siempre. Y la sensación es la misma que cuando te asomas al abismo, sientes vértigo, sientes miedo.

La posibilidad de abandonar la "zona de confort" da miedo. Ese confort que proporciona la rutina del fumador: ansiedad-cigarrillo-bienestar-ansiedad-cigarrillo-bienestar, y así hora tras hora, día tras día.
Pero hay algo que nos dice que por este camino no vamos bien... Ya no es el miedo al cáncer o a que se te caiga la lengua a trozos, notas profundamente que esta rutina te esta quemando, que estas tremendamente atrapado, que ya no es divertido, que te cansa estar pendiente de mecheros y ceniceros (cigarrillos nunca faltan...), que si aquí puedo, que si aquí no...

Entonces es cuando el fumador duda, y esa duda es el primer paso.

El camino a recorrer será más largo o más corto según el empeño que le pongamos; pero no me estoy refiriendo en términos de voluntad, de fuerza de voluntad, sino a un trabajo diario (o casi diario) de formación. Ahí es donde hay que aplicar el esfuerzo:  formarse, documentarse, preguntar...hacer del proceso de dejar de fumar una ocupación personal.

Mientras tanto puedes seguir fumando, no hay problema. El tiempo esta vez corre a tu favor.




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